Tuesday, October 30, 2007

Febrero de 2010 - La batalla de los Viejos (IV)

Uno se da cuenta que algo serio ocurre cuando ve la misma conversación nimia resbalando por grupos antagónicos. Mientras terminaba de elongar en la pista podía ver, a lo lejos, un grupo de viejos tirados en los camastros -los slips raídos, las remeras de hace décadas- señalando la puerta de entrada. Al caminar hacia el bar, con la paz del después de las corridas, me ocurrió lo mismo con unas viejas jugando Burako bajo un níspero. "Vienen las brigadas, vienen las brigadas!" decían agitadas, mientras falsificaban palabras triplicando puntos.

Pasé cerca del bar para ver de lejos qué ocurría. A mi izquierda apenas si registro la paradoja del cartel "Mens Sana in Corpore Sano" en el vestuario de socias, en una fachada de ínfulas atenienses. En frente, a unos cincuenta metros y en la entrada, pugna por entrar un grupo de Gordos Cyan, consolidado desde hace un par de años como la fuerza de choque macrista. La vigilancia no sabe muy bien que hacer, y mientras tanto algunos viejos dejan las canchas de tenis y también se acercan. Empiezan a gritar: "Esto Cristina no lo permite", y hacen gestos obscenos.

Entonces la conversación nimia ya está en mi interior, en la antesala de mí mismo; esto demorará la ducha, me digo, y voy hacia la puerta sin tapujos, a ver qué pasa. Al avanzar queda a mi izquierda otro grupo de viejas tomando sol afuera de la pileta, todas de pie y de espaldas, tostando sus caderas augustas mientras cogotean de costado. Finalmente los Gordos Cyan logran entrar y comienza la pelea.

Friday, October 26, 2007

"Sepan disculpar las molestias ocasionadas"

La frase le exige cierta facultad a quien la escucha. No es sólo que uno deba bancarse la demora del subte, la lentitud del call center, la espera en un espectáculo, el piquete callejero oficial o la molestia. Todo se resume en que un Ente Poderoso ha puesto el Capex o el Opex -la versión financiera del cariño- en otro, y no en uno. Desinvertir significa esperar, y el calculado interés del Ente Poderoso en que uno sepa entender. Pero la frase encierra más. Se le exige a uno que posea la cualidad de entenderlos. Y no se trata sólo de uno. El plural de "Sepan...", esa "ene" insinuante de multitudes agobiadas, denota que ellos saben que la tortura es múltiple. Infinitos pozos y péndulos regodéandose en el horizonte.

La frase es nueva, sacada de algún manual noventoso de comunicación empresarial. Y probablemente mi percepción sea ya la del alguien que no se da cuenta de nada. Pienso en otras frases hechas: "may he rest in peace" del inglés, "tomara que você" del portugués, etc. Todo parece bastante sin sentido. Para qué la frase, si sólo exhibe el desdén? Googleo la frase y la encuentro seiscientos cincuenta y cinco veces. Con esta entrada en Blogspot serán 656. Diez más y ya estaremos en el número justo, pues está claro que el infierno está sembrado de molestias ocasionadas.

Saturday, October 20, 2007

Martin Amis - "Night train"

La novela ya tiene su tiempo (1997), sólo que me llegó tarde. Creo que Amis quiso confundir a todo el mundo y echarse a reír antes de su retiro de unos años en Punta del Este. El tono suena a policial negro, aunque él es más bien un "escritor moderno". El contrapunto entre la protagonista-Mike, una policía ex alcohólica y hombruna- y Jennifer la-que-lo-tiene-todo es demasiado pronunciado. Hay un clima de final de civilización que también se advierte en otras novelas de Amis y de McEwan -compañeros de camada, finalmente-. El final es nebuloso, cinematográfico -por los diversos planos de lectura- y tan bien escrito que da asco.

Me resisto a citar nada; en parte porque sólo tengo a mano la traducción castiza "oye tú eres un niñato pijo"; en parte porque está todo parejo, bueno, para salpimentar y leer de corrido en dos noches.

Thursday, October 18, 2007

Sanhattan


Grùas, grùas, grùas -asì, de a tres, y con acentos al revés- erizan el horizonte hacia donde uno solamente creía ver montañas. O al revés, tras millones de años la montaña que contemplò arruguitas de casas ahora ve la competencia de las torres de Sanhattan.

No estoy en Chile, o casi. La coctelera entre la modernidad y el Santiago sereno que yo conocí arrojó este resultado en Las Condes. Antes: casas de piedra, iglesias, sumisión. Ahora: flujo de caja, americanismos, check-in on line eficiente en Lan (así, en verso). Debo romper el orden, debo hacerlo: salgo corriendo por Riesco hacia arriba, me meto en el Hyatt, saludo como viejo habitué y descanso un rato en el gym. Saludo y bajo hacia Las Condes. Aquí siempre estoy multiplicado por menos uno: ni siquiera hay gente corriendo.

Y cada tanto, la perplejidad que se desliza desde la copa de Carmenere hacia arriba: yo soy el trasandino. Ah, la cuestión de las relatividades. No, no estoy en Manhattan pero tampoco en Chile: estoy en Sanhattan.

Saturday, October 13, 2007

Fiesta

Vienen de distintos lugares y situaciones, se dejan caer en la noche norteña y húmeda a la orilla de un hipódromo. La lluvia deja su trazo en los vestidos, en el sendero barroso de la entrada y en el diálogo -ves, fijate cómo tengo el pelo con esta humedad, pero qué se puso esa gorda con este día- pero a pesar de los matices hay un nexo: hoy hay fiesta, se casa un amigo.

El ritual varía levemente desde otras veces: no hay cumbia villera, no hay música nacional, un animador crooner patizambo canta New York y se intenta un karaoke forzado. El vino merece algún milagro de Canaan, pero contribuye a hacer más picante la conversa entretejida entre los diez o doce de la mesa -por suerte todos conocidos o amigos, nada de melifluas frases políticas-.

La fiesta hace estragos y en la mesa nos sentimos levemente mejores que el resto, en un desempate por penales. Más cambios? Los mozos hacen entradas triunfales con músicas heroicas, los bailes se entretejen con el menú, los archivos de pocos megas hacen que las fotos de la entrada estén en el powerpoint de la salida. Todos felices, hermanados en el amor digital. Los chicos crecieron y se casaron.

Hoy añoro ocho horas de sueño. Me subo al globo Montgolfier de mi propia percepción, y anhelo la comprensión de un espiritu dickensiano que pudiera abarcar en su mirada a todas las fiestas del orbe desde su creación: Baco, Quetzalcoatl, Kali, San Juan, Kirchner. Podrá sentir este espíritu el palpitar de todas esas pulsiones, lo real en lucha con lo efímero, los viejos tramando vigencias de algún signo, la sexualidad en miradas oblicuas, los jóvenes despreocupados y borrachos, los homenajeados y los festivos a ultranza, todos corriendo a apurar esa forma inmemorial y urgente de vida que es la fiesta.

Thursday, October 04, 2007

De vuelta a Montevideo

Y cerca de Pocitos y del Buceo las esquinas descienden hacia el río con olores a leño ahumado, un aroma a pasado que aún flota indemne ante la nafta. Por Malvín los trolley ya no pasan, pero todavía se ven los chicos de primaria yendo ensardinados a sus escuelas laicas, en esos delantales tableados llamados túnicas, con severidad oriental.

En los vocablos hay sutiles diferencias: no es mandarina, es tanjerina, y no es batata sino boñato. Y aún quedan los incalificables botija y chiquilín. Los postres chajá yacen amontonados en los comercios como artículo infinito, una taxonomía de un único elemento charrúa, alfa y omega de un universo postreril. En la mesa sobrevuela la vieja pulseada entre Norteñas y Pilsen, el café es intenso y los azúcares son de diez gramos, enormes.

Se habla con frases suntuosas, engoladas: es común un "pasarla bien" como saludo final, o calificar todo de "imponente" o aseverar con un "seguro" con acento grande y augusto en la "u"; en sus gestos hacen malabares con mates adiestrados en origen, termos que conservan verticalidad de asombro, o porongos colgando de bracitos con la nimia esperanza de no caer del dueño. Ah, si el ADN ayuda, las próximas generaciones de orientales vendrán con tercer brazo cargador de termo.

Y sigue el balance, y es bueno: platos abundantes, colores chillones de publicidades sesentistas, troncos pintados en tricolor de viejas elecciones, avisos en la tele con eco hacia el pasado, la triste nostalgia del parque Rodó y del Centenario, más gente buena que mala, más mina sin tanto adorno, y sin embargo una estúpida tendencia a copiarnos en lo malo, y nunca sabré porqué.

Mañana, de vuelta a Montevideo.

Monday, October 01, 2007

Stephen King - "On Writing"

Stephen King representa una combinación extraña. Es un escritor que efectivo en lo suyo -vende- y con talento. Dicho rápidamente: sus novelas dan miedo. Y algo más: las versiones cinematográficas de sus libros han tenido buen suceso; que lo diga sino la imagen de Nicholson con el hacha y a su hijo con el triciclo. Anecdóticamente, King es también ecléctico en el sentido de ser un rock star de medio pelo, y haber salido (relativamente) ileso de drogas, alcohol y accidentes.

Yo me quedé en la primera mitad de su producción literaria: recuerdo pasajes de Carrie, La Danza de los Vampiros, La Zona Muerta, El Resplandor, Misery, It, Los Tommyknockers. Creo que no pasé de eso. No fui más allá: retrocedí espantado a la cantidad de tomos y páginas de sus últimas creaciones, a sus varios pseudónimos y al peligro de verlo repetirse.

De su libro "On Writing", y de la horrible traducción "Mientras escribo" rescato algunas ideas originales y sin mucha vuelta -muy en la línea de un tipo que sabe que el éxito le llegó con Carrie, viviendo en una casa rodante, escribiendo en sus ratos libres entre trabajos intrascendentes y mal pagos.
  • "La primera regla del vocabulario es escribir siempre la primera palabra que se te haya ocurrido".
  • "A menudo escribir bien significa prescindir del miedo y de la afectación".
  • "El truco es dejar que (el párrafo) siga su curso. Después, si no te gusta el resultado, lo arreglas y listo".
  • "Si quieres ser escritor, lo primero es hacer dos cosas: leer mucho y escribir mucho (...) No he visto ningún atajo".
  • "Leemos para conocer de primera mano lo mediocre y lo infumable".
  • "Cuando se escribe mejor, es cuando el escritor lo vive como un juego inspirado".