Thursday, December 18, 2008

Fin de año

Enderezar algo más la espalda, las manos sobre el teclado.
Replegarse ante ese mail; vacilar. Ah, esa horrible veta política.
El café debería haber estado algo más suave, y hoy nada de alcohol.
Correr con más de 35 es contra natura. Años y grados.
Luchar por la ortografía cuando todo esté perdido.

Vamos de nuevo, mentirme minuciosamente: no más 42km.
Los niños nunca aprenderán. Padre tirano agazapado en los años.
Seguirá el contrato, o tal vez no. Aceptar con aquiescencia.
Seguir arrojando por la borda todas esas estúpidas seguridades.
Pues se es cool justamente cuando no se busca serlo.

No desconfío del Facebook, sí de las personas.
Ese rostro serio es mío; se ve en el monitor cuando hay apagón.
No me importa si es tu casa o es la mía. Tampoco los regalos.
Quisiera ver mis vértebras como en un cuento de Bradbury.
Paranoiquemos juntos en rituales paganos: fumemos Australes.

La espalda más recta. Nadar más. Operación de omóplatos?
Irse a Centinela del Mar donde sólo hay mar y no centinelas.
Y espero que haya sombra -odiar esa nueva fobia al sol-.
Mis vértebras estarán cuando yo haya muerto.
Feliz año nuevo. Felisa me muero. Philippe es aqueo.

Thursday, December 11, 2008

Oh my God

Poco que decir.
Los aliens existen, y están aquí debajo?

Monday, December 01, 2008

Hot-Sport


Y ahí va tu vida, con algunas hipóteisis más o menos triviales: que haya luz, que haya agua, que haya banda ancha. Pero claro, no vivís en una burbuja y lo poco que le pedís a la vida puede ser mucho. Puede ser que haya apagón en tu casa. Puede que ese apagón se combine con trombas marinas. Pero con un entusiasmo casi escolar, vas a un bar cercano a intentar conectarte.

Y sin embargo, puede ser que aún en ese bar también haya problemas. En uno de ellos tampoco hay luz. En un segundo bar, Fibertel no anda. Un cliente me dice que tuvieron un apagón y que “parece” que hay señal en los hotspots pero no hay. Nos miramos desconfiando mutuamente de nuestras explicaciones.

Al tercer bar la sospecha es que el fin del mundo está cerca. De tanto insistir tanto la laptop como el celular piden carga. Hay que avisar al trabajo, al otro lado del mar, que a esa call conference tan importante no llegarás. El fijo no suena, y no es extraño pues también depende de la electricidad. Pienso en llamar a Edenor para quejarme, pero para llegar al Call voy a tener que usar el teléfono negro de baquelita e intentar pulsos con la horquilla. Podré? En paralelo mi paranoia me dice que Edenor tiene el OK del gobierno para bloquear el 0800, y de esta forma negar la crisis energética.

Por suerte los SMS del celu parecen llegar a tiempo. En el cuarto bar –y esto ya no es hotspot sino Hot-Sport: buscar conectividad en medio del calor- hay un alguito de banda ancha que te permite engancharte al Skype y a la Call. Para recargar la laptop salís corriendo a una ferretería a buscar un adaptador. La call conference va por la mitad y el mundo parece sonreír. A la vuelta, en cada todavía no hay luz., y huyo al club llevando todos los cargadores –aún los de la afeitadora-. Id, sedientos del mundo, llenad vuestra caramañola de bits, cual nuevos rabdomantes. Ya vendrán las lluvias.