Thursday, May 24, 2007

El 168, la Rueda Cósmica y SIvah el Destructor

Continuando con el post anterior, debo decir que también sube al 168 un tunante barbado pertrechado con su guitarra. Ocurre que se pone a cantar horribles canciones, que interrumpe cada diez segundos para exclamar "sabor!" -que es precisamente lo que le falta a su arte; tal vez sea una invocación-.

Al terminar el numerito indaga sobre sus posibilidades de éxito en la recaudación final, mirando fijamente a los pasajeros. Allí cambia el mood y pasa de gentil trotamundos a piquetero musical, y le espeta a su público: "bueno... bueno" a medida que recorre la longitud del vehículo con su gorra rampante. El "bueno" gutural alienta la dádiva y extorsiona in advance a quienes viajamos presos de su arte. La Rueda Cósmica, Sivah el Destructor y los parias a la vez.

Para entender el universo, basta con hacerse un viajecito Constitución-Chacarita. Luego me cuenta.

Thursday, May 17, 2007

Freddie Mercury argento vende en el 168

Cuál es la probabilidad de que todos los días de tu vida suba al micro de vuelta un vendedor de CDs -of course truchos- y te despierte aproximándose a ofrecerte gentilmente su catálogo?

About zero, you may guess.

Y todo aumenta mi sospecha de que sea todo una gran Cruzada Absurda pero de dimensiones cósmicas, una especie de Truman Show berreta donde alguien que maneja las marionetas desee llamar mi atención -o al menos moverme a que escriba esto-.

Shit happens, este tipo es una versión pesificada de Freddie Mercury -dientitos, bigotito, kitsch- y tiene un estupendo timing conmigo en el 168. Lo que es peor, cada vez que sube yo estoy dormido y me hace saltar del asiento cuando esgrime su radiograbador compacto y hace vibrar el bondi con Valeria Lynch o a Madonna a centímetros de mi tímpano. Su catálogo es inagotable como el universo mismo, e increíblemente, algún pasajero siempre le pide algo y el invariablemente contesta: "Calidad audio, señora. Potente y con amplio rango dinámico". Todo en un marco de seriedad. Yo me doy vuelta y espero que algún alma kolyikeana me haga un gestito de "quedate tranqui, yo también me di cuenta de que esto es bizarro".
Pero nada ocurre.

Hoy me despertó a la altura de Juan B Justo con el horrible tema de Ghost.
Oooooooooooooh, m-my looooove, m-my daaaaaaaarrrrling.
Y se fue con su sonrisa de labio a labio, Freddie Argento, para vos, que lo pediste.

Tuesday, May 15, 2007

Para cuándo el santuario para el Grupo Néctar ?


-"Porque yo digo, la gente no está en los temas importantes... fijate ese grupo que murió en la Autopista... digo no? No se merecía un Santuario?"
(oído al pasar, autor anónimo)

Wednesday, May 09, 2007

Le Guin, Brodsky y el orgullo

Puede ocurrir que aceptes realizar un trabajo idiota porque te humilla pedirle a alguien de tu equipo que lo haga o porque no haya forma de negarse sin que haya un cataclismo laboral.

Puede que cedas a la tentación de contarlo en tu blog como catarsis. O puede también que hagas una crítica literaria al respecto, como Cruzada Absurda o porque ya estás definitivamente en Tomatoes' Way.

Ursula le Guin en su "Left Hand of Darkness" describe un mundo donde sus habitantes (andróginos y con tres semanas de celo, nada fácil) se mueven socialmente con un sentido de orgullo y dignidad llamado shifgrethor.

Textualmente: "an elaborate system of social prestige called shifgrethor, in which individuals jockey for position by subtle maneuvering". Casi como en nuestra política: te doy, pero no te ofendas. Y recibir con aquiescencia las dádivas.

Por su parte el gran Joseph Brodsky en 1984 leyó un discurso a un grupo de egresados de un College. En su speech explicaba qué era para él el infierno, contando la historia de un prisionero en un campo de concentración, que deliberadamente, trabajaba con una guadaña hasta el colapso, incluso en su hora de descanso, para asombro de sus compañeros. El efecto final era que este priosionero lograba incomodar a sus guardias, pero de ningún modo estaba poniendo la otra mejilla.

"No matter how daring or cautious you may choose to be in the course of your life you are bound to come into direct physical contact with what’s known as Evil…For the most interesting thing about Evil is that it is wholly human. To put it mildly, nothing can be turned and worn inside out with greater ease than one’s notion of social justice, civic conscience, a better future, etc.”

Brodsky sabía de qué hablaba. El infierno real está aquí, entre nosotros. Cuando fue echado de la Unión Soviética la KGB siguió persiguiendo a su familia. Casi no sabía inglés y sufrió críticas en sus primeros intentos en Estados Unidos. Un par de décadas después le llegó el Nobel gracias a sus escritos... en inglés. Él también -como su prisionero del ejemplo- había trabajado duro para ridiculizar el sistema. Más adelante, Brodsky concluye:

“The surest defence against evil is extreme individualism, originality of thinking, whimsicality, even, if you will, eccentricity. . . . Evil is a sucker for solidity. It always goes for big numbers, for confident granite, for ideological purity, for drilled armies and balanced sheets.”

Hoy afilé mi guadaña. Durante una hora y media, deliberadamente cargué setenta CPUs y monitores a un camión, y mientras lo hacía pensaba en el shifgrethor de Le Guin, en el priosionero de Brodsky y en aquellos que jamás entenderán la ironía y se preguntarán qué hacía este tipo, tan pagado de sí mismo, estibando carga.

Sunday, May 06, 2007

El país y los esta(sh)idos VIII: vámono Gorda + farsas de diversa índole (Abr 2002)

Sigo exhumando cadáveres literarios. Esta vez se trata de la serie creada en el 2002 cuando escribía acerca de ese país de asombros. Cuando la pestilencia de alguno de estos cadáveres resuena con algún aroma actual -léase, las hordas pseudo cultas que se abaten en la Feria- adivino alguna actualidad y convierto eso en algún post. De paso arqueo mis cejas ante el paso del tiempo: cinco años de todo esto.

Merde.

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El país y los esta(sh)idos VIII: vámono Gorda + farsas de diversa índole (Abr 2002)

Miro mi billetera y tengo un verde, pero de cinco pesos. Es domingo y la crisis que se precie de tal merece continuar en otoño. Vuelvo en la bici del club mientras pienso eso, caen hojas amarillas en la avenida Sarmiento –sabrá Sarmiento, querrá renunciar también, será que no lo dejan- y fluyen cientos de autos quién sabe adónde; qué es esto, de veras hay Feria del Libro?

Freno ante la columna. Como cada año, la gente acude en tropel y se siente perfectamente culta en la Feria, como quien pretende excomulgarse de un año de televisión. Tal vez –meditan las masas en sus vehículos-, todo se trata de frotarse con una emulsión para curarse una dermatitis. Sigo la analogía, la Feria del Libro es un dermaglós que cura un eczema cerebral, una crema eficaz para superficies del hipotálamo –pero dámela con receta, tengo un 60%, dame una entrada gratis, pero ah los libros son tan caros, mirá JarriPoter, entonces para qué, ni patis había en la Feria, vámono gorda, vámono al Rosedal que está fenomeno-.

Esquivo la columna yendo a contramano: es la manera más civilizada que tengo de andar en bici por Sarmiento. Sólo debo esquivar otro tipo de bestias, los caballos en sus mateos (sabrá Mateo, recaudador de impuestos, habrias abjurado de proponer su nombre para esos carros de escaso folklorismo). La bosta equina se yergue adusta en montículos precisos; de algún modo esto me autoriza a tomar en contramano la calzada circular y bajar por Santa Fé. Me admiro de la nueva arquitectura bancaria, con su estética de persianas bajas que hacen más inútiles los Banelco, presas del metal. Llamen al arquitecto pero para qué, si debe estar en la Feria del Libro.

Sigo hasta el microcentro un rato después, ya habiendo dejado la bici y agarrado el auto. El tránsito hasta Nueve de Julio es fluído, y el microcentro está lleno de peregrinos bancarios. Siete cajeros inútiles en el Boston Central al unísono desafian todas las leyes probabilísticas, aduciendo un único cartel "cajeros con problemas". Me digo que debería buscarme un cartel semejante para mi persona, y le digo algo al vigilante, algo que pretende ser una ironía, pero ya no estamos ni para registrar variaciones. El tipo esperaba una puteada y se alza de hombros. En las paredes del microcentro desierto sobrevivien dos propagandas que me apresuro a anotar: "Bansud: viva el presente con nosotros" y "Citibank: donde el dinero toma vida". Sumo ambas frases miembro a miembro y me da "Libres pero en bolas". Me gusta más, en recuerdo de un estilo orgulloso, perdedor y radical.

Me estoy por quedar sin nafta y soy un elegido pues a) Hay nafta, b) Aceptan tarjetas. Miro con fruición la tarjeta de débito de mi vieja y quisiera transformarme en Savio María para poder usarla, o al menos parecer una vieja de setenta por algunos minutos. Vacilo ante explicaciones varias: "gentilhombre, maese cajero, en realidad me llamo Carlos María Savio, pero claro, esta gente de las tarjetas, usted sabe". Al ritmo de la crisis tal vez logre parecerme a una vieja, y no haga falta más.

Sigo con cinco pesos.

Dos días después, camino por el microcentro con Sylvie y Daniel. Nos abalanzamos sobre un cajero despoblado de gente y de letreros adversos. Al momento, se forma una cola atrás nuestro. "Y, da pesos o no da pesos?" Nos preguntan. Nosotros les hacemos hombritos, inmunes o temerosos a cualquier contacto con seres del Planeta Microcentro. Un instante después, se descifra la trama celeste. Mi saldo es de 4.20$, y todo mi esfuerzo del fin de semana por conseguir algún cajero útil no es más que una farsa, igual que lo que ocurre en el país, igual que la Feria del Libro, pero con un viso (Visa) mayor de realidad. Mientras tanto mi gerente se enoja, Remes Lenicov renuncia y yo quiero mi capita de Harry Potter para desaparecer.

DCS, Abril de 2002