Continuando con el post anterior, debo decir que también sube al 168 un tunante barbado pertrechado con su guitarra. Ocurre que se pone a cantar horribles canciones, que interrumpe cada diez segundos para exclamar "sabor!" -que es precisamente lo que le falta a su arte; tal vez sea una invocación-.
Al terminar el numerito indaga sobre sus posibilidades de éxito en la recaudación final, mirando fijamente a los pasajeros. Allí cambia el mood y pasa de gentil trotamundos a piquetero musical, y le espeta a su público: "bueno... bueno" a medida que recorre la longitud del vehículo con su gorra rampante. El "bueno" gutural alienta la dádiva y extorsiona in advance a quienes viajamos presos de su arte. La Rueda Cósmica, Sivah el Destructor y los parias a la vez.
Para entender el universo, basta con hacerse un viajecito Constitución-Chacarita. Luego me cuenta.
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2 comments:
Hate performers (de los malos, claro está). Los actores que "hacen" que se pelean en el subte me violentan sobremanera.
Lo más violento es cuando cuentan chistes y exigen la risa a cambio -además del cash, claro-.
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