Wednesday, December 26, 2007

Fronteras



Ríos, montañas, caminos y hasta puentes entre países. Puentes que no debieran ser ocupados bajo ningún motivo. Cercas entre campos, sugiriendo propiedad. Sistemas magnéticos que restringen el acceso de gente a clubes o eventos. Condiciones de Von Neumann y valores de la función al cruzar un cero, en matemáticas. Fortachones en las puertas de las discos. Fechas que son mojones entre distintas etapas... y cómo no, finales de año.

Todos estos ejemplos son alguna clase de frontera. Algo ocurre antes o después. No es lo mismo más acá que más acá. La función está "bien comportada" o se va decididamente al infinito. O pertenecés y entrás, o el pato vica te emboca. No es lo mismo. Me gustaría conocer en algún viaje, por caso, la Muralla de Adriano -el sitio en Escocia hasta donde llegaron los romanos antes de rebotar una y otra vez-.

A punto de cruzar la frontera del 2008 me dió por pensar en otros casos, y creo que la mayor violencia se da en los casos sociales donde está inmersa la noción de propiedad. Pues en el resto de los casos, el tiempo, el espacio y las matemáticas pertenecen a todos. Me quedo pensando entre los jazmines en otros ejemplos.

ADDENDUM: la última frontera es la superficie de separación entre las personas, su piel. Por eso cada cultura construye rituales complejos para permitir tocarse, por eso tantos vaivenes y pautas en torno al sexo -y no en torno a la respiración, por caso-.

Friday, December 14, 2007

Contra el Spam Navideño

Son dos magnitudes que se oponen, el buen deseo y la cantidad de destinatarios. El producto entre la intimidad de un buen deseo navideño y la cantidad alcanzada por ese augurio es una constante. En un extremo del gráfico estaría el deseo sincero de felicidades comunicado personalmente al ser querido; en el otro, un insoportable email con copia oculta, casi anónimo, aborrecible.

El tono del mensaje se tornaría inmanejable al mezclar gente que uno realmente estima, con seres de otros años que cuelgan de la agenda prontos a desbarrancar. Que si la agenda fuera de papel, y hubiera un capítulo de "otros", ellos estarían allí y la hoja podría ser llevada por el viento sin gran pérdida. Cómo escribir en un tono promedio para unos y otros? Mejor ni escribir.

Entonces, en estas otredades de rojo y verde que son las fiestas, sugiero infinitamente el saludo personal -probablemente con escasísimos amigos y familiares- y abjuro del horrible mail impersonal, y aún esa llamada piadosa que culmina con un "a ver cuándo nos vemos". Mi cruzada absurda de fin de año es contemplar el jardín y ver como se desliza el 2007 hacia el 2008, casi en soledad. So to speak, la década está perdida.

Tuesday, December 04, 2007

Música para aeropuertos

Las salas de los aeropuertos intercambian gente, como vasos comunicantes. Insisto en la pasividad del sujeto: las personas son transportadas por cintas, escaleras, sillas de ruedas, a veces hasta tambalean por sí solas conducidas hasta abismos exasperantes de nulidad gastronómica. Toda la materia oscura del universo se acumula ahí, todo es más sucio y más caro, los trámites infructuosos son la norma y los mediocres reinan, uniformados. Los miro trastabillar contra las Samsonites, y sólo falta "Música para Aeropuertos" de fondo, esa genialidad de Brian Eno.

Y otra vez es ese estúpido papel que nadie leerá, esa versión desganda de mí mismo en blanco y negro. Sabedor de su inutilidad, mi Cruzada Absurda de Diciembre es decorar esos formularios con cifras y letras absurdos. Llamo a los viajeros a la rebelión: si nadie lee eso, porqué no completarlos con arte? Domicilio? "Gran Apart La Oquedad". Propósito de su viaje? "Engrosar las arcas y aumentar mi tedio". Podríamos alegrar las esperas del avión eligiendo las mejores frases.

Y allí vamos, corriendo por llegar primero a Migraciones y luego -o después, según se mire- a revisar el equipaje, y que algunas veces pasemos indemnes y otras veces nos saquen el cinturón. Pero esto tiene sentido, si hasta merecemos ser castigados.