-Essperá un poquito. Eres una ardillita mala. No interessssa. Te cassstigaré con el Paraguas Telefónico!
La ardillita agachaba la cabeza meditabunda, y al hacerlo, de paso mostraba su budincito (*). Su atención se volvía entonces a los lirios del bosque, a las aves del cielo y a las novedades del DataBase Marketing. En eso transcurría su pathos cuando hubo un cambio en el bosque. Los lirios y las aves sufrieron una depreciación en la estimación financiera, y sus beneficios fueron solo marginales, un commodity al decir del zorrito. "Lirios, aves... es lo missmo", gemía alterado, y se atusaba el bigote.
Pero un día llego el Castor, manejando el cuatrimotor (**). Y saben lo que pasó? Se empezó a mover a todaslas ardillitas del bosque en función de su liderzago, de su situación altamente proactiva, y del contexto win-win que supondría esa relación -a veces horizontal-. Ocurre que el Castor había sido nombrado Jefe del Bosque por alguna entidad externa y germánica que escapa a los fines de este cuento. El castor y el zorrito devinieron en grandes amigos pero no compartían las veleidades sexuales del primero, ya que el zorrito sólo tenía una temporada de celo quinquenal.
Entonces el Castor sonrió, dejo que un fluido pestilente asomara a su barbilla candado y convocó a una fiesta en el bosque. Todos los animalitos fueron invitados, y hubo fiestas, baile y strippers. El castorcito tomó debida cuenta del atuendo de las ardillitas y las apoyó en diversas circunstancias. La ardillita protagonista alegó inocencia pero los jueces se pronunciaron en contrario. Algunas ardillitas afortunadas fueron llevadas al tálamo nupcial y ascendidas a ardillita-consorte. El bosque siguió mal pero durante muchos años se habló de la fiesta.
Moraleja
"No por mucho madrugar se amanece más temprano
cuando cambien al castor, el empome será en vano."
(*) BDN = budincito. Argentinismo de fines de siglo.(**) licencia poética, eco de canciones infantiles ajenas al Bosque y al tono de este blog.
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