Tuesday, March 31, 2009

Ben Gurion mon amour


Los palitos rastreadores son celestes y están levemente curvados hacia adentro, como un rebaño de pequeños consoladores esperando un sumo sacerdote proxeneta que los lleve en procesión al Rosedal. Todo mi equipaje esta mansamente dispuesto sobre una mesa, un inventario inanimado de mi pequeña vida viajera. Le pregunto a la inspectora del aeropuerto Ben Gurion si ya es suficiente, tras casi una hora de intenso escobillado a mis enseres. No, no lo es. Sigue ella con el rostro bajo en su minucioso rastrillar, feliz ella con su palito celeste, buscando químicos, almas, vida, nitratos, pensamientos –no, espero que esto no-.

Curioso, leído y exasperado, mala combinación. Pregunto si están buscando Nitrógeno. Mala idea: Rastrilladora Nata anota algo y me pasan a otro control de mayor seguridad. Los rabinos, religiosos y demás muñequitos se deslizan con rapidez por controles mas permisivos. Me miran con serena jactancia, con ojitos apenas visibles tras delgados lentes y bajo grandes sombreros negros. Los bucles normativos de su religión caen en tirabuzones con ángulos semejantes a los de los palitos celestes. Pero bueno, yo soy el extraño, no estoy vestido de negro, no tengo gorrito o sombrero de ala, y encima pregunto por el nitrógeno. Fuck.

A pesar de su empeño los palitos buscan pero no encuentran. Un momento, mi cámara tiene una extraño precinto que sujeta la batería. Llaman a la supervisora –cara tensa, el alma propulsada contra el rostro a Mach 2- y me pregunta por este arreglo casero. Le toca a ella ser curiosa e insiste, por que no compro una cámara nueva? A duras penas –la cintita es patética- se enciende la cámara y logro sacar una foto que prueba que esto no es una Uzi. Hubiera querido la foto de los Palitos Rastreadores, casi parecen cool a esta altura. De repente voila, dejo de ser sospechoso y me dejan ir. Llego a la cúpula circular de Ben Gurion, donde cada faceta es un Free Shop: los religiosos contemplan los bienes en trance consumista y queman tarjetas de crédito contra el posnet. Yo busco el vuelo que me saque de aquí.


Sunday, March 22, 2009

Sin acentos

Y no, no tengo acentos, y gracias a mi IP los banners bajan casi en arameo. Quien me habla me pregunta cada dos minutos "if this topic is familiar with your experience" y le contesto que si. Que si con acento. Aunque me voy replegando sobre las costras de mi mismo, y segun un amigo cada vez que asiento los parpados me bajan demasiado despacio. Me digo que lo mio no es desprecio, el tipo sigue, acumulando pequeños triunfos laborales y blandiendo experiencias y yo le aseguro que se de que me habla. Sin acentos. Me digo, no debo dormirme, mientras los slides bajan mas lentos que mis parpados. Genes y medio ambiente: mis gestos son copy & paste de mis padres, y eso es mi superficie, mientras que mi interior -eso que genera solitones de aburrimiento, ese querer que la realidad se adapte a mi- es puro ADN, no self control, calidoscopio de genes, mitocondrias y pequeñas piedras preciosas. El tipo sigue con los slides, y yo sigo sin acentos.

Sunday, March 15, 2009

Amis vs Puig

Dos libros estuvieron peleando palmo a palmo en mi mochila de viaje en estos días: "London Fields" de Martin Amis (a la izquierda del ring) y "Boquitas Pintadas" de Manuel Puig (el retador, a la derecha). Uno es el campeón respaldado por la crítica, niño terrible de las mejores prensas, con retiros en José Ignacio y dientes levemente aserrados. El otro se mantiene en el presente atemporal de los grandes, asediando al campeón con estructuras simples, situaciones absolutamente contundentes y variedad del discurso.

Amis vacila, tambalea, le sobran doscientas páginas: sólo el personaje de Keith Talent lo saca a flote pero ay, es tan pretencioso... necesita que el fin del mundo tiña toda su novela y sacar chapa de bon vivant en el personaje de Guy Clinch para presumir. El retador pone frases de pueblo, frases tangueras de Le Pera, pequeñas vanidades femeninas que empujan a la tumba. Puig deleita con edictos policiales y cartas chimenteras, coloca manos contundentes en cada página, y se erige en narrador omnipresente, jugando con sus personajes entre la vida y la muerte. Amis en cambio se demora, da rodeos, insiste con Londres fulgurantes -y encima uno sufre, leyendo con el Babylon a mano-. Puig puntea con el jab de las pequeñas hipocresías de clase media: no necesita de finales de siglo ni de portentosas Nicola Six, predadoras adivinatorias. Amis cae.

Hoy, saliendo de un Heathrow atestado -los pagos de Martin Amis-, terminé Boquitas Pintadas. Ganador por escándalo, el morocho de General Villegas.

Wednesday, March 11, 2009

Mexican Style

Colapsan varios vuelos desde el cielo hacia el aeropuerto Benito Juárez en el DF y ocurre un caleidoscopio de personas que se funden: es un mash-up entre los intentos de globalización y un scrum de rugby. Sobrevivo a Migraciones, me arriesgo a un taxi, y tras una hora de autopistas perdidas a lo David Lynch, no estoy en DF sino en Santa Fé. Los hoteles modernos tienen el aire viciado y las ventanas no pueden abrirse. Cuando pido algo en el desk me dicen "cláaaro", pero no está claro.

Tómese mucha inversión, ponga un arquitecto fanático de rascacielos con poco criterio estético, inunde todo de autos y mézclese todo sobre un pantano: tendrá Ud a Santa Fé. Entre reunión y reunión leo algo de historia mexicana, y puedo entender el resentimiento que asoma en las miradas achaparradas y morenas. A un día de arribado, los diálogos ocurren aún levemente desplazados de su baricentro, pero como a los dos mil metros, a la altura del bosque del Chapultepec. Será el jet-lag o la altitud? Estoy cansado. No obstante, cena en Polanco: el mozo hace como que nos entiende, y la gente pretende que los mariachis les gustan a todo el mundo.

Mayas, aztecas, españoles, habsburgos y cientos de rebeliones en medio. Como si siempre faltara un "claro" por aclarar, o como si la muda mirada de rencor indígena llevara ya medio milenio. Y al final del día dos, ese maitre achaparrado, que manos en jarra y peinado con gel en puntitas, recrimina a sus congéneres con desdén por servir tarde el café a los Blancos. Y por encima de todo, la Torre del Ángel -muy Siegessäule y berlinesa, en la avenida de la Reforma- juzga todas esas miradas que van hacia un cielo donde se codean el dios de los europeos y la Serpiente Emplumada.

Sunday, March 01, 2009

Cruzadas absurdas de Marzo

Dos son las cruzadas absurdas que ocuparán mis pensamientos durante Marzo -prodigando el necesario balance con el noventa y algo por ciento de pensamientos correctos.

Una se refiere a obtener la t-shirt original de King Crimson (grandes chances de pedirle a Sylvie-que-viene-de-Toronto esto). Me dirán qué tiene de original o de importante; la respuesta es, no lo sé. Un condimento importante aquí es la eterna vacilación entre L y M. Such is human perversity.

La otra cuestión decididamente importante es lograr mi propia imagen preocupada frente a los monitores. Ya que aparece en todos los portales, ya que es tan patéticamente usual, la única manera de sabotearla es que todos tengamos nuestra estúpida imagen de la Crisis, nuestro rostro frente a monitores que muestran señales declinantes de los mercados.