Wednesday, May 09, 2007

Le Guin, Brodsky y el orgullo

Puede ocurrir que aceptes realizar un trabajo idiota porque te humilla pedirle a alguien de tu equipo que lo haga o porque no haya forma de negarse sin que haya un cataclismo laboral.

Puede que cedas a la tentación de contarlo en tu blog como catarsis. O puede también que hagas una crítica literaria al respecto, como Cruzada Absurda o porque ya estás definitivamente en Tomatoes' Way.

Ursula le Guin en su "Left Hand of Darkness" describe un mundo donde sus habitantes (andróginos y con tres semanas de celo, nada fácil) se mueven socialmente con un sentido de orgullo y dignidad llamado shifgrethor.

Textualmente: "an elaborate system of social prestige called shifgrethor, in which individuals jockey for position by subtle maneuvering". Casi como en nuestra política: te doy, pero no te ofendas. Y recibir con aquiescencia las dádivas.

Por su parte el gran Joseph Brodsky en 1984 leyó un discurso a un grupo de egresados de un College. En su speech explicaba qué era para él el infierno, contando la historia de un prisionero en un campo de concentración, que deliberadamente, trabajaba con una guadaña hasta el colapso, incluso en su hora de descanso, para asombro de sus compañeros. El efecto final era que este priosionero lograba incomodar a sus guardias, pero de ningún modo estaba poniendo la otra mejilla.

"No matter how daring or cautious you may choose to be in the course of your life you are bound to come into direct physical contact with what’s known as Evil…For the most interesting thing about Evil is that it is wholly human. To put it mildly, nothing can be turned and worn inside out with greater ease than one’s notion of social justice, civic conscience, a better future, etc.”

Brodsky sabía de qué hablaba. El infierno real está aquí, entre nosotros. Cuando fue echado de la Unión Soviética la KGB siguió persiguiendo a su familia. Casi no sabía inglés y sufrió críticas en sus primeros intentos en Estados Unidos. Un par de décadas después le llegó el Nobel gracias a sus escritos... en inglés. Él también -como su prisionero del ejemplo- había trabajado duro para ridiculizar el sistema. Más adelante, Brodsky concluye:

“The surest defence against evil is extreme individualism, originality of thinking, whimsicality, even, if you will, eccentricity. . . . Evil is a sucker for solidity. It always goes for big numbers, for confident granite, for ideological purity, for drilled armies and balanced sheets.”

Hoy afilé mi guadaña. Durante una hora y media, deliberadamente cargué setenta CPUs y monitores a un camión, y mientras lo hacía pensaba en el shifgrethor de Le Guin, en el priosionero de Brodsky y en aquellos que jamás entenderán la ironía y se preguntarán qué hacía este tipo, tan pagado de sí mismo, estibando carga.

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